Cuernos Lésbicos

Era uno de esos días que te apetece salir a beber, ha despejar un poco la mente, y aunque mi novio Zas no podía quedar ese día, ¿Qué hay de malo en salir una sola a tomar unas copas?, le prometí que iba a ser buena, pero siempre cruzando los dedos jeje.

Pues estaba en la barra del pub tomando una copa, disfrutando de la música, pero a mi alrededor estaba el típico pesado estropeando mi experiencia.

Oye guapa ¿estás sola? – dijo con el típico acento de llevar más de una copa dentro de su cuerpo.

Yo le negué con la cabeza, pero aquel moscón no paraba de insistir una y otra vez, hasta que de repente apareció ella.

Una espléndida mujer totalmente tatuada de cabellos rojos se puso a mi lado y me robó un beso sin esperarlo.

Ya he llegado cariño – Dijo mirando al moscón, yo rápidamente entendí sus intenciones y le seguí el juego agarrándola de la cintura.

Aquel hombre desistió y yo ya le pude dar las gracias a esa mujer. Su nombre era Karen Von Splinter y le ofrecí una copa en compensación por ayudarme a quitarme a ese pesado.

Copa que después fue otra y después otra… Creamos un vínculo bastante divertido y nos lo pasamos genial por aquella noche.. Diría que fue mi primera noche haciéndome pasar por lesbiana.

De vez en cuando nos reíamos besándonos delante de los chicos, para ver como nos miraban haciendo trabajar a su imaginación perversa.. Pero ella cada vez le daba más intensidad a esos besos , tanto que pude saborear su lengua dentro de mi boca y a mirarnos de una forma más seria.

¿Te apetece subir a mi casa? – me dijo susurrando con su boca pegada a la mía.

Yo estaba caliente y… bueno, prometí a mi novio ser buena.. pero follar con una chica no es poner los cuernos ¿no?.

Subimos a su piso y fuimos directamente a su habitación mientras nos desnudábamos la una a la otra.

Mientras me encontraba desnuda en su cama vi un cuadro de ella con otra chica, pude entender que ella no estaba interpretando el papel de lesbiana y yo era su presa de hoy.

Es mi novia Aiko, pero tranquila hoy no va a venir, tenemos el resto de la noche para nosotras solas – dijo refiriéndose a la chica del cuadro al ver cómo la miraba.

Cómo iba a juzgar yo algo así, si estaba haciendo lo mismo, así que me dejé llevar por el momento y comenzamos a follar.

Después de las caricias, lamidas y de jugar con nuestros dedos, me sorprendió al ver como se puso un arnés con una polla de goma.

Voy hacer que grites de placer – Dijo meneando su polla de goma con una sonrisa que me hizo estremecerme.

Y vaya si lo hizo, me agarró del pelo y empezó a follarme sin parar hasta que de repente, la que se supone que hoy no iba a venir.. la mujer del cuadro, entró al cuarto con cara de sorpresa al vernos.